El ácido salicílico produce una exfoliación eficiente en la superficie de la piel y dentro de los poros. Además, disminuye la cohesión entre los corneocitos al actuar en los espacios intercelulares alterando los corneosomas que mantienen las células unidas.
La acción comedolítica se acentúa por la presencia del ácido glicólico, con propiedades queratolíticas y antienvejecimiento. El ácido glicólico estimula la síntesis de colágeno y de glicosaminglicanos dérmicos, por lo que reafirma la piel y atenúa y suaviza las líneas de expresión y arrugas.
El agua de hammamelis le aporta una acción astringente muy útil en pieles seborreicas, y la niacinamida estimula la síntesis de colágeno y de ceramidas epidérmicas, regulando los lípidos del sebo.